lunes, agosto 15, 2005

Carta a nadie III

Hoy, despues de un año , vuelvo a escribirte. Este tiempo me sirvió para crecer un poco, pero no para disipar mis dudas. aprendí a no llorar porque si; ahora sé cuales son los motivos. Estuve lejos, y la distancia obliga a mirar desde todos los ángulos, desde otra perspectiva. Ahora soy más realista y, contradictoriamente, también más idealista. Comprendí que con sueños no se puede cambiar al mundo, éste está repleto de adolescentes y jóvenes soñadores. Mi idealismo pasa por otro lado, por una concepción global de alguna determinada forma de ver y sentir la vida. Ya no existe un ideal mágico y universal, el blanco y el negro, la verdad y la mentira. Todo es híbrido y por lo tanto más confuso, más desigual. Lo exótico se vuelve rutina, lo inédito pasa desapercibido. Hoy la acción debe acompañar al pensamiento. El concepto de revolición es muy romántico, pero suele ser muy sangriento. No puede pensarse que por la fuerza se puede imponer un ideal. Cuando hablo de acción no me refiero a la destrucción, ese camino demostró una y otra vez ser el equivocado. Ser y parecer es mi consigna. Vivir como anhelamos, mostrar nuestros sueños. Estoy cansado de transitar por dos mundos, uno ideal y otro real. Trataré de fusionar ambos conceptos, ya que mis fantasías se alimentan del diario vivir, adaptándolo a mi ritmo.
No quiero aburrirte, extendiéndome demasiado en mis renovados puntos de vista. Pero de esta forma podrás entender mejor mis sentimientos, porque el amor no está aislado, se va modificando con los tiempos, interiores y exteriores.
Tu imagen también varió. Ya no puedo concebirte como un ser casi sobrenatural, que algún memorable día encontraré, casi mágicamente. Debo unir la acción al pensamiento. No puedo esperar pasivamente que el destino me alcance, porque me moriré de melancolía.
Ahora, con más experiencia, con más sabores en mis labios, con más recuerdos y menos futuro, creo haberte encontrado. Tengo miedo. Después de un largo camino el final nos intriga y hasta suele asustarnos. Muchas veces descubrimos que los que nos mantenía vivos era la búsqueda y que la meta era sólo un pretexto. Quiero pensar que éste no es el caso. Sería muy triste pasarme la vida buscando un ser inexistente.
Cometí un error: idealizarte. Poco a poco te fuí conociendo y cvada nuevo aspecto de tu personalidad que tímidamente se mostraba afianzaba aún más mi ideal. Hoy el ideal y la realidad no se distinguen. Tengo miedo de romper el encanto. tengo miedo de equivocarme.
Y así, en un mundo de ilusiones, ideales, realidades y miedos, te encuentro. Y no sé...
...tenés algo que decir?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

sos vos????

Anónimo dijo...

Hola! Bueno , te escribo simplemente para que sepas que lo lei . Como ya te dije no soy muy buena para escribir y comentar, pero me gusto mucho.

Cariños...

Agus